Tema 11. A avaliación na aula de linguas estranxeiras

 

¡Hola de nuevo! Hoy volvemos con otro tema muy importante sobre la Didáctica da Ensinanza das Linguas Estranxeiras. Una vez hemos explicado en la entrada anterior cómo se elaboran las actividades del aula, es importante conocer cómo las evaluaremos. Por ello, en esta sesión hemos aprendido qué es evaluación, sus tipos y finalidad, las herramientas de las que disponemos para evaluar y cómo crear alguna de estas herramientas para actividades específicas. Por supuesto, incluiremos cómo debe ser el feedback que le daremos a nuestro alumnado. ¿Te lo vas a perder?


Antes de nada, es importante aclarar que evaluación no es lo mismo que calificación. La calificación es una nota o puntuación que le damos al alumnado por un trabajo, ejercicio, examen, etc. Sin embargo, la evaluación es un concepto más amplio y complejo que consiste en la recogida sistemática de datos que indican la evolución del aprendizaje. Esta información permite corregir las deficiencias del proceso de enseñanza-aprendizaje (modificar la metodología, la temática, adecuar el nivel, etc.). Dicho esto, deciros que existen tres tipos de evaluación de las que os hablaré a continuación: inicial, formativa y sumativa.


La evaluación inicial o diagnóstica es aquella que empleamos al inicio de curso con el fin de identificar el nivel inicial de nuestro estudiantado. Ellos mismos pueden autoevaluar su nivel de competencia lingüística a través del Portfolio europeo de las lenguas (PEL) que promueve el Consejo de Europa y que sigue los parámetros del MCER. Otra herramienta que permite autoevaluar la competencia lingüística es la desarrollada por el Centro Europeo de Lenguas Modernas del Consejo de Europa que os muestro a continuación: autoevaluación tu competencia lingüística.



A continuación, paso a hablaros de la evaluación más importante: la evaluación formativa. ¿Por qué la consideramos la más importante? Pues porque nos ofrece información clave sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje que nos permite adecuar la metodología empleada a las necesidades de nuestro alumnado para conseguir que mejore su aprendizaje. A continuación, os dejo un link a un artículo de Dylan Wiliam de 2009 en el que podéis leer un poco más sobre la evaluación formativa.



Una parte indispensable de la evaluación formativa es el feedback que le damos a nuestro alumnado. Gracias a él, es posible que conozcan sus fortalezas, pero también qué deben mejorar en su aprendizaje. De esta manera, podemos comparar sus resultados con los esperados para que el alumnado sepa en todo momento dónde se encuentra y a dónde debe llegar. Pero para conseguir eso, el feedback debe de ser adecuado. Y os estaréis preguntando ¿a qué me refiero con un feedback ‘adecuado’? Pues uno que sea constructivo y que ayude a mejorar; no se trata de dar una calificación, sino de dar cuenta de los resultados de manera que implique una reflexión por parte del alumnado. 


En esta sesión, también hemos aprendido a diseñar una de las herramientas más completas y útiles que podemos emplear en la evaluación formativa: las rúbricas.




Como podéis ver, las rúbricas constan de unos criterios con sus respectivas descripciones que emplearemos para evaluar un producto. Al ser una herramienta descriptiva, puede ser muy valiosa para el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que el alumnado puede saber exactamente qué se le pide en cada actividad y, de esta forma, obtener mejores resultados. Es importante no confundir la rúbrica como otras herramientas como pueden ser los baremos o escalas, que tienden a evaluar de forma cuantitativa (se caracterizan por contener las palabras: mucho, poco, siempre, nunca, etc.). En el siguiente link podéis encontrar más  ejemplos de rúbricas: banco de rúbricas CEDEC.


Para poner en práctica esta teoría, hemos elaborado en grupos nuestra propia rúbrica (para la actividad de mediación que habíamos elaborado en la sesión anterior: Xa veñen os Reis!). Fue una actividad complicada porque había que incluir tanto criterios que evaluaran la producción escrita como la mediación y, además, añadir los descriptores lleva su tiempo. Primero, hay que pensar en cuáles son los objetivos de la tarea y, a partir de ahí, ir elaborando los criterios (deben de ser claros, distinguibles y observables) con sus respectivos niveles. Es importante no caer en el error de crear descriptores cuantitativos (pocos errores, muchas veces, etc.) porque estaríamos de nuevo elaborando escalas o baremos. En nuestra rúbrica, cometimos el error de crear descriptores algo ambiguos y poco específicos de la actividad para la que se diseñaba. Gracias a esta actividad no solo hemos aprendido cómo elaborar una rúbrica correctamente, ¡sino también lo laborioso que es!


Además, hemos contestado en grupo a unas preguntas sobre cómo llevaríamos a cabo la evaluación formativa de esa actividad de mediación. La siguiente imagen muestra las respuestas de mi grupo.



Para terminar, me queda hablaros de la evaluación sumativa o final, que es aquella que se lleva a cabo una vez terminado el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que mide el nivel de adquisición de conocimientos de nuestro alumnado a través de pruebas como exámenes, presentaciones, etc. En este tipo de evaluación sí que se acostumbra a poner una calificación final. 

 

En definitiva, no solo hemos aprendido la teoría sobre evaluación, sino que hemos aprendido cómo llevar los tipos de evaluación al aula a través de diferentes actividades o herramientas. Gracias al diseño y elaboración de algunas herramientas hemos descubierto lo laboriosas que son, pero también lo útiles que pueden llegar a ser tanto para el profesorado como para el estudiantado. Además, hemos conocido cómo debe ser el feedback que proporcionemos a nuestro alumnado para mejorar el proceso de aprendizaje. Considero que la evaluación debe de ser un proceso que se lleve a cabo de forma continua, ya que es la mejor manera de favorecer la mejora del aprendizaje. De ahí la importancia de la evaluación formativa, que refleja además el conocimiento real, ya que en evaluaciones como la sumativa, el alumnado puede verse condicionado por los nervios. ¿Qué opináis vosotras/os al respecto? 

 

V. Juncal


Comments

  1. ¡Hola, Vanesa!
    Me ha gustado mucho tu entrada, ya que resume muy bien todo lo visto en clase. Estoy de acuerdo contigo cuando explicas la importancia de dar a nuestro alumnado un feedback adecuado, ya que si no es así podemos llegar a confundirlos y no les estaremos ayudando a mejorar en su proceso de enseñanza-aprendizaje. No sé tú, pero a mí me pareció muy interesante el experimento llevado a cabo por Ruth Butler (1988) que nos enseñó la docente en clase, en el que muestra como el grupo de alumnos que recibió únicamente un comentario sobre su tarea (sin ninguna calificación numérica) obtuvieron un mejor rendimiento en los trabajos y exámenes posteriores comparados con los otros dos grupos que recibieron o bien una calificación numérica o un comentario con una nota. Esto demuestra como, la gran mayoría de estudiantes, solo se fijan en las notas y no en el motivo de obtenerlas. En resumen, con un buen feedback el alumnado podrá ver tanto sus errores como sus aciertos y esto le motivará a seguir mejorando día a día. ¡Un saludo!

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  2. Boas, Vanesa!
    Coma sempre, unha entrada de 10! É certo que os instrumentos que cómpre empregar son algo laboriosos de facer, mais penso que paga a pena! Estiven botándolle un ollo á actividade de grupo que fixestes: Xa veñen os Reis! para ver algo mellor os puntos nos que vos centrastes na avaliación formativa. Quería comentarche que comparto por completo a importancia de que o alumnado teña acceso á rúbrica en todo momento e tamén a importancia dun bo feedback por parte da docente. Estes son dous aspectos que eu tamén considero fundamentais para mellorar o proceso de ensinanza aprendizaxe (entre algúns outros claro 😉). De novo, parabéns! Saudiña :)

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  3. ¡Gracias por los comentarios, chicas!

    A mí también me pareció muy interesante el experimento de Butler; aunque cuando Cristina nos presentó las opciones en la encuesta, tenía clarísimo que el grupo de estudiantes que había mejorado más sería aquel que solo recibiera un comentario. Es que las notas condicionan mucho, si os fijáis, a nosotras como estudiantes nos pasa lo mismo, parece que las notas siempre son lo más importante. Es triste, pero es que con la nota media competimos por becas, puestos, entrar en másteres… Cuando nos dejen de pedir la nota media para todo, dejaremos de darle tanta importancia a las notas y nos centraremos únicamente en el aprendizaje.
    En cuanto a las rúbricas, me parece muy importante que el alumnado tenga acceso a ellas. Como alumna, siempre es más sencillo realizar una tarea cuando tienes claros los objetivos de la actividad y los criterios que seguirán para evaluarte.

    ¡Un abrazo a las dos!

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  4. ¡Hola, Vanesa!
    Antes de nada me gustaría felicitarte por esta entrada tan completa y tan bien explicada. Coincido contigo en la importancia que tiene un feedback adecuado, pues permite al alumnado mejorar y reflexionar sobre su propio trabajo. Además, como a María, a mí también me pareció superinteresante el experimento de Ruth Butler porque nos permitió ver que lo que pensábamos todas es cierto: las calificaciones numéricas no son la mejor forma de retroalimentación, pues dejan en un segundo plano los comentarios, que son los que realmente nos permiten ver cómo podemos avanzar y mejorar en todo lo que hacemos.
    En cuanto a las rúbricas, también estoy de acuerdo en que son una herramienta de lo más útil para utilizar en la evaluación formativa, pero que en un principio pueden resultar bastante complejas de elaborar. De todas formas, estoy segura de que, a base de practicar, iremos mejorando y crearemos rúbricas buenas y útiles para nuestros alumnos y alumnas.
    Muchas gracias por esta entrada de nuevo :)
    ¡¡Un abrazo fuerte!!

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